El miedo al dolor es uno de los principales motivos de duda al momento de hacerse un tatuaje. Pero, ¿realmente es tan doloroso? Aquí te explicamos las zonas más sensibles y te damos consejos prácticos para que tu experiencia sea lo más llevadera posible.
¿Por qué duele hacerse un tatuaje?
Al tatuarse, las agujas penetran en la piel para depositar tinta en la dermis. Esto estimula las terminaciones nerviosas, causando la sensación de dolor. Sin embargo, la intensidad varía según:
- La zona del cuerpo.
- Tu tolerancia al dolor.
«El dolor es temporal, pero el arte es eterno.»
Zonas del cuerpo: ¿dónde duele más?
Zonas menos dolorosas
Perfectas para principiantes:
- Antebrazos.
- Muslos.
- Hombros.
Zonas moderadas
Para quienes ya tienen experiencia:
- Espalda baja.
- Muñecas.
- Cuello.
Zonas más dolorosas
Retadoras, pero impresionantes:
- Costillas.
- Codos y rodillas.
- Manos y pies.
Elige la zona según tu tolerancia y tu experiencia.
Mitos sobre el dolor de los tatuajes
- “Es insoportable”: Falso, el dolor es manejable y depende de cada persona.
- “Tomar alcohol ayuda”: Error, el alcohol diluye la sangre y complica el proceso.
- “Cremas anestésicas eliminan el dolor”: Reducen molestias, pero no lo eliminan del todo.
Consejos para reducir el dolor
- Descansa bien y come antes de la sesión.
- Hidrátate para mantener tu cuerpo en óptimas condiciones.
- Lleva música o algo que te distraiga.
- Habla con tu tatuador y pide descansos si es necesario.
Conclusión: El dolor es parte del proceso
El dolor al tatuarse es temporal y soportable. Con los cuidados y preparación adecuados, la experiencia será más llevadera.
«El arte en tu piel merece cada pequeño esfuerzo.»
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